Estaba en una terraza muy cerca al cielo, como estaba tan vacío, pensé en colorearlo. Del bolsillo saqué un montón de acuarelas y un pincel, y le puse una estrellita por acá y otra por allá. Pero estaba demasiado simplón. Recordé olores, imágenes y colores, navidad, año nuevo, San Juan, y los partidos en que juega nuestra selección. Y entonces hubo en el cielo juegos artificiales que no terminarían jamás. También globos aerostáticos y lámparas flotantes, arcoíris y duendes colorados. Estaba también la luna ¡sonriendo! Pero no tenía ojos, le puse ojos. Estaba tan solita la carita con boquita de luna...le hice un amigo, despeinado y radiante, enérgico y feliz, el sol. Miré al suelo y la terraza se había perdido "¡Todo se me pierde siempre!". Estaba ahora en la playa, y en una mesa todos mis familiares, contentos y despreocupados, primero los veía de frente y cada vez mas abajo, hasta que fueron tan pequeños como hormigas, "¡no debí dibujar tantos globos aerostáticos!" tome un alfiler de mi falda y lo pinché. La que se desinflaba parecía yo, iba volando de un lado al otro, arriba, abajo y en zigzag. Cuando termine de desinflarme, solo caí y caí...y me di tremendo porrazo "¡aahhhh!" Y desperté.
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